No va a haber otro Pepe. Sencillamente no lo va a haber, y no hablo de logros en su mandato, ni siquiera hablo de política. Para bien o para mal, con sus defectos y virtudes, nos guste o no nos guste, no va a haber otro Pepe de presidente. El presidente más "pintoresco", eso creo que nadie lo puede negar, Mujica rompió con el molde del presidente vestido de traje y corbata que vive en un caserón en Carrasco, conduce un auto importado y es dueño de medio país en campos. Se plantó con una camisa, el pelo desarreglado y lentes negros arriba de algún escenario a dar un discurso. A la fuerza llegaron a hacerle poner un saco, que le queda como prestado, incómodo como el que nos dio un primo para un casamiento y nos queda mal, grande, y se nota a la legua que no es nuestro. Con su historia a cuestas (como todos) para algunos de héroe y para otros de anti-héroe, supo pagar su pena, si la debía, con muchos años de cárcel por rebelde. Quién le hubiera dicho en aquél tiempo de encierro y aislamiento, hablando con ratas y gusanos, que un día llegaría a donde llegó. Seguramente se le pasó por la cabeza más de una vez que ni siquiera volvería cruzar la puerta que lo encerraba. Ni el más salvaje de los escritores podría haber escrito esta historia antes de que realmente pasara. Y ahí anda, con una perra de tres patas, una esposa que le combina y viviendo en una chacra, donando la mayor parte de su sueldo porque les guste o no les guste, este señor entendió de qué trata la vida realmente. Habla con la prensa como si estuviera tomando mate con el vecino, y no se corta muy seguido las uñas de los pies, cosa muy criticada por algunos que lo creyeron importante. Anda en un “Fusca” que debía patente, como un uruguayo más. En menos de un año se termina su mandato, al que lo mandaron y el accedió pero con más ganas, tal vez, de quedarse en su chacra sin tanta vuelta que dar, ¿vio?
Vendrá otro en octubre, y será quien deba ser también con sus defectos, sus virtudes y su historia a cuestas. Pero estemos de acuerdo en algo: no va a haber otro Pepe.
Vendrá otro en octubre, y será quien deba ser también con sus defectos, sus virtudes y su historia a cuestas. Pero estemos de acuerdo en algo: no va a haber otro Pepe.
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